martes, 5 de febrero de 2008

BARBA ROJA; AZUL; SATURNO; URANO Y LOS GOZNES DE LA HISTORIA:

En estos últimos días se cumplieron dos aniversarios trascendentes a nivel de la historia mundial moderna, el primero trágico, el 30 de enero se cumplieron setenta y cinco años de la llegada al poder del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán, más conocido por su abreviatura en su idioma de origen como NAZI. El segundo, más esperanzador, marca el inicio de la debacle de la era de oro de dicho partido, días después del décimo aniversario de la revolución nazi, cuando Hitler se vanagloriaba de sus triunfos militares, que le permitían al Tercer Reich gobernar imponiendo el terror desde las heladas tierras de los países Bálticos hasta los calurosos desiertos del África septentrional de norte a sur; y desde las islas del Canal de la Mancha hasta la línea del frente oriental que iba desde San Petesburgo (Leningrado en aquel momento.) hasta los campos petroleros del Caucaso pasando por los suburbios de Moscú y Volgogrado (llamada en aquellos grises años de Rusia Stalingrado en “honor” a su dictador, no menos sanguinario que su par alemán del cual fue aliado por mucho tiempo.) de oeste a este. El 2 de febrero se cumplieron sesenta y cinco años de la rendición del VI Ejército Alemán comandado por el Mariscal Friedrich von Paulus, caía el denominado ejército invencible de la Wehrmacht y comenzaba la debacle de las potencias del Eje.
Los dictadores Hitler y Stalin habían sido aliados hasta que la impotencia por no poder doblegar a Gran Bretaña en el frente occidental (tras el fracaso en la batalla aérea de Inglaterra los ejércitos alemanes no podían soñar con una invasión a las islas pues la Kriegsmarine nunca había culminado su plan de armamento, denominado plan Z, y por ello debían conformarse con los ataques de los bombardeos de la Luftwaffe.) y la desesperante baja en las reservas de petróleo llevaron a Hitler, llamado por los alemanes “El estratega más grande de la historia”, a desoír lo que el Alto Mando (salvo Jodl y Keitel) le aconsejaba: el Reich no estaba preparado para una guerra de múltiples frentes.
Barba Roja era el nombre en clave para la invasión a Rusia por parte de la Wehrmacht, y los hechos parecían dar nuevamente la razón al Führer, la principal preocupación parecía ser dónde alojar a los prisioneros del ejército rojo que dejaba la campaña pues eran cientos de miles y no la resistencia del enemigo. La situación era tal que Stalin, en una de esas órdenes típicas del autoritarismo, prohibió la rendición de sus tropas bajo la pena del encarcelamiento de todos los familiares de los que cayeran en manos alemanas. Claro que cuando el capturado fue su hijo modificó la ley encarcelando solamente a su esposa.
Azul fue el nombre clave para la fase final de la guerra en Rusia, todo hacía prever que donde el “alma mater” del dictador alemán, es decir Napoleón, había fracasado él vencería Rusia a diferencia de la Grand Armè francesa no sería la tumba del imperio sino que pronto sería parte del Reich. “Russland ist kaputt” fue la propaganda del Führer hauptquartier (Cuartel general de la OKW, el Alto Mando Alemán.) En julio de 1942, el día 23, Hitler ordenó la toma de Stalingrado, polo industrial productor de armamento y maquinaria pesada rodeado de zonas cerealeras, gran vía fluvial y último bastión soviético para la defensa de los fundamentales campos petroleros del Cáucaso.
Sin embargo la defensa de la ciudad mediante la guerra de guerrillas, un tipo de guerra que con acierto del Alto Mando alemán se había evitado en Moscú, fue algo para lo que la Wehrmacht no estaba preparada y las victorias rápidas que habían sido una constante hasta ese momento quedaron en el olvido. La batalla fue brutal 740.000 muertos y heridos y 110.000 prisioneros de guerra por el lado alemán, y otro tanto en los ejércitos italianos y rumanos de apoyo. Por el lado soviético las cosas fueron aún peores 750.000 soldados muertos, heridos y capturados, y cerca de medio millón de civiles de Stalingrado muertos debido a la prohibición de Stalin de abandonar la ciudad para alentar a todo el pueblo soviético con la valentía de los habitantes y los constantes bombardeos de los alemanes. Cabe decir que de los más de doscientos mil prisioneros entre alemanes, Italianos, rumanos y demás nacionalidades; poco más de veinte mil volvieron a sus hogares después de la guerra, la mayor parte pereció en los campos de prisioneros de Siberia.
Pero la tardanza en parte por indecisiones de von Paulus y parte por la tenaz resistencia soviética dio respiro a las debilitadas tropas del ejército rojo con refuerzos de hombres y material de los interminables territorios del este (como un Mariscal de Campo, que terminó degrada por esa falta de respeto al Emperador, le había dicho a Napoleón ciento treinta años antes Rusia no termina en Moscú, recién empieza en los Urales.) El Mariscal Zhukov, vencedor de los japoneses en Manchuria rápidamente vio el punto débil del enemigo, el puente de abastecimiento entre el Don y el Volga, que llevaba diariamente las quinientas toneladas como mínimo que necesitaba el ejército de Paulus era defendido por Italianos Rumanos y Hungaros, se diseñó Urano, el gran contraataque que terminaría con los alemanes, la primera fase fue denominada Saturno y consistió en atacar a los ejércitos títeres del Reich, éstos menos profesionales y equipados casi no pudieron oponer resistencia y el ejército rojo rodeó al VI ejército alemán en torno a Stalingrado en un Kessel, una suerte de bolsa de dónde no se podía salir. Sin embargo las fuerzas del VI ejército podían forzar una salida, pero ello implicaba retroceder hacia el Don, el Comandante del Grupo de Ejércitos del Don, Mariscal de Campo Erich von Manstein (quien había derrotado a los ejércitos franceses en cuestión de meses) también lo entendía así, pero no era de la misma opinión Hitler que ordenó resistir hasta el último hombre. Cuando se le informó el problema del abastecimiento Goering (que deseaba a toda costa congraciarse con el Führer) intercedió asegurando que la Luftwaffe podía abastecer el kessel por aire a través de los aeropuertos que dominaba el VI ejército por lo que la retirada no era necesaria y pasado el invierno se podría contraatacar. Así las cosas el VI ejército permaneció sitiado, no obstante se diseño un plan alternativo de evacuación llamado Trueno que nunca se llevó a cabo, sí hubo un intento de asistencia mediante la perforación del Kessel mediante la operación Tormenta de invierno, pero ésta fracasó por la llegada de refuerzos soviéticos y la orden de no retroceder del VI ejército para unirse a los grupos panzer de ayuda hacia el 23 de diciembre el 57º cuerpo panzer comandado por el General Kirchner había logrado una cabeza de puente enVasilevska, en el río Mishkova, pero el posible ataque soviético al Grupo de ejércitos A en el Cáucaso provocó que se ordenara su retirada. La Luftwaffe nunca pudo trasladar los quinientas toneladas diarias de abastecimiento al kessel, unas veces por el tiempo y otra por la cantidad de aviones necesarios, el VI ejército fue perdiendo la moral por falta de municiones y víveres sumado al extremo frío del invierno ruso. Hasta fines de diciembre el kessel podría haber sido roto pero en enero ya todo intento era en vano. Finalmente el 4 de febrero, ante la negativa de la opción Trueno, y la imposibilidad de Tormenta de invierno, el flamante Mariscal von Paulus se rinde en los grandes almacenes Univermag, el invencible VI ejército alemán había muerto en las mismas estepas que la Grand Armè francesa. Antes Hitler en una muestra más de su cinismo había ascendido a von Paulus a Mariscal esperando que éste se suicide pues hasta aquel momento ningún Mariscal de Campo Alemán se había rendido al enemigo. En ese momento, como dijo Winston Churchill la historia “giró los goznes del destino”, comenzaba el final del III Reich.

Tardío saludo de Año Nuevo

Hola amigos, por diversos problemas hacía mucho que no escribía pero ante todo quiero decearles que tengan un muy buen 2008.