martes, 3 de julio de 2007

Democracia, Sistema Republicano de Gobierno Y Representatividad

El pasado domingo 1 de julio, el Jefe de Gabinete de Ministros Alberto Fernández, anunció la candidatura a la Presidencia de la República de la Senadora por la Provincia de Buenos Aires Cristina Fernández de Kirchner. Se definía así la incógnita, fomentada desde el gobierno hasta el hartazgo con frases como “puede ser pingüino o pingüina” y otras por el estilo, sobre el candidato oficial para las elecciones presidenciales de octubre, sin entrar a filosofar sobre los motivos de la decisión del Presidente de no presentarse a la reelección que le posibilita la Constitución Nacional, sea cual fuera ésta pues él mismo ha variado con el correr del tiempo pasando del cansancio que supone la función, hasta la formación de un partido de “centroizquierda” y en su última versión que se dedicaría a la función privada, la cual tiene “descuidada” desde los primeros años de la década del ochenta. Algunos sostienen que el desgaste del Presidente, con sus diatribas a todo el que no se arrodillara ante él, desde el palco de campaña, las cuales comenzaron a cansar al electorado con una primera luz de alerta en Misiones y la última en la aplastante victoria de Mauricio (Que es) Macri en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo llevaron a dar un poco de aire fresco al Frente de la Victoria con la postulación del único dirigente de dicha fuerza con imagen positiva, su esposa la senadora Fernández.
Desde un punto de vista meramente liberal y democrático esta es una decisión que concierne al propio interesado y es totalmente legítima, cada uno es dueño de hacer todo lo que la ley no prohíbe, así lo establece la Constitución Nacional en su artículo 19, y todo ciudadano puede presentarse como candidato a los cargos públicos (con el cumplimiento de la normativa constitucional y electoral correspondiente, como ser cumplimiento de la edad mínima para el cargo, el lugar de nacimiento, el tiempo de residencia y pertenecer a un Partido Político, requisito introducido en la Constitución Nacional por la reforma del año 1994 mediante el artículo 38 creando lo que algunos constitucionalistas denominan una partidocracia.)
Ahora bien, considerar el sistema constitucional como democrático a secas es cuando menos apresurado, la forma democrática (elección del pueblo) es tan solo la forma en que la Constitución establece la elección de las autoridades, de hecho la Carta Magna en ningún momento menciona la palabra “democrática” sino que el sistema se infiere de su preámbulo al decir “los representantes del pueblo…por voluntad y elección…”, de su parte dogmática cuando en el artículo 1º habla de sistema representativo, en la parte orgánica al hablar de los diputados como “representantes elegidos directamente por el pueblo”, en el caso de los senadores “elegidos en forma directa y conjunta, correspondiendo dos bancas al partido político que obtenga mayor número de votos y la restante al partido político que le siga en número de votos.”, y en el caso de Presidente y el Vicepresidente habla de “serán elegidos directamente por el pueblo”. La Constitución define nuestro sistema de Gobierno como Representativo Republicano y Federal y ello va mucho más allá del simple término democracia, en una sociedad políticamente madura se evalúa no solo la “imagen” de los candidatos sino su todo, lo que incluye tanto su proyecto de gobierno como su anterior labor como funcionario, si es que ya ocupaba un cargo como tal. En el caso de la Sra. Fernández de Kirchner, ante su silencio por lo menos hasta estos momentos, habría que tomar como proyecto la continuación de la política de su marido, el problema al evaluar su méritos surge al analizar su pasado, desde fines de los noventa hasta hace menos de dos años era senadora por la Provincia de Santa Cruz por “residir en ella”, como tal no movió un dedo cuando su marido, en aquel entonces Gobernador de la Provincia decidió llevarse los fondos públicos al exterior, se aduce una cuestión de seguridad económica, pero en tiempos de prosperidad económica como los que publicita el gobierno no se entiende cómo aún no han regresado. Y menos en una Provincia pobre en la que la mayoría de la población, alrededor del 60% depende del Estado para sobrevivir, y el Estado a su vez depende de fondos especiales de la Nación para cubrir sus necesidades debido a que la Provincia un puede solventarse por sí misma a pesar de ser una de las principales plazas energéticas del país ¡ni gas ni electricidad ni derivados del petróleo!. Luego la necesidad política llevó a que sea candidata por la Provincia de Buenos Aires, cuando aún cumplía mandato por Santa Cruz, por haber nacido en ella, la Sra. ganó las elecciones y juró como representante de Buenos Aires, pero salvo sus estadías en Capital Federal no pasó un día en el distrito al que representa, los fines de semana los pasa en Santa Cruz, cuando no está de viaje en el exterior, pero esto no sería nada si su actividad legislativa fuera ejemplar, sin embargo no ha presentado ningún proyecto que beneficie a la provincia su único afán ha sido hegemonizar el proyecto con su marido con atropellos como la reforma al Consejo de la Magistratura, y ahora se postula a otro cargo y sin duda en caso de ganar en octubre abandonará a mitad de camino el puesto para el que el pueblo de la Provincia de Buenos Aires la ha elegido. ¿Es democrático? Por supuesto, el pueblo la ha votado, ¿es digno de una República? Muy difícilmente, ¿es una verdadera Representante de quienes la votaron? Parece claro que hasta ahora no.

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